El protagonista de El inútil de
la familia es Joaquín Edwards Bello, un escritor y periodista que animó la
escena de Valparaíso y Santiago durante buena parte del siglo xx, y que era
además tío en segundo grado del autor. Irreverente, ludópata, viajero,
desclasado, talentoso, Edwards Bello, el prosista punzante y socialmente
incorrecto, fue un incomprendido por su acomodado entorno ("el inútil de
Joaquín", decían). Aun así, se dio maña para obtener los premios
nacionales de literatura y periodismo ("doble o nada", diría él, a su
vez), y además para perdurar como un clásico de culto, pues sus novelas La chica del Crillón, El roto,
Criollos en París, entre otras no han dejado de leerse bajo el aparente olvido. Su colega y
sobrino lo alza hoy de la tumba para reanimarlo con una peligrosa inmortalidad
adicional, la del personaje propiamente novelesco, fulgurante, patético y
vulnerable como nadie a sus propios impulsos; pero también quizás
para ensayar un exorcismo.
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